CASO A
Reparto 100 euros entre diez personas, a 10 euros por cabeza.
Al año le quito un euro de interés a cada una, y así durante otros nueve años: al cabo de 10 años recupero mis 100 euros, y además los diez individuos siguen debiéndome 10 euros cada uno. Y ahí comienza el negocio: si no pueden pagarme, me quedo con sus bienes, ellos siguen debiéndome mis 10 euros (que por otra parte yo ya he recuperado) Y suma y sigue. El dinero rueda, engorda, aplasta y endeuda a las personas hasta arruinarlas.
CASO B
Presto 100 euros a una persona, que los hace producir y gana 200. Al año me devuelve 1 euro por los servicios e imprevistos y mis 100 euros, que presto de nuevo a otra persona que a su vez los hace producir 200 y me devuelve mis 100 al año más 1 por los servicios. Y así sucesivamente, durante diez años.
Al cabo de diez años, tengo mis 100 euros (más 10 que cubren los gastos e imprevistos) y esos 100 euros han pasado de mano en mano y hecho ganar otros 100 euros a otras diez personas: mis 100 euros han producido 1000, y ahora dispongo de esos 100 euros y 10 más para reiniciar la cadena. El dinero rueda, vuela de mano en mano sin pararse ni corromperse, es sólo un medio, y enriquece a las personas.
Simple ¿verdad? Como la cuenta de la vieja. Pero es evidente que no es lo mismo que el dinero sea para los individuos o los individuos para el dinero. Cuestión de prioridades.
Y en mi lista de lecturas para estas vacaciones, para saber más y mejor de números, de imaginación y de proyectos ilusionantes que se han hecho realidad, las obras de Muhammad Yunus, premio Nobel de la Paz en 2006: “El banquero de los pobres” y “Las empresas sociales”
Otro mundo es posible. Junt@s podemos.
Imagen:www.webislam.com