¿NOS DESNUDAMOS?

Estamos hartos de gente que no se desnuda, que no se muestra, que dice ser lo que no es, que disimula, que justifica, que se calla, que termina dando la razón al que acosa o usa la violencia, que no es capaz de ponerse delante de la navaja afilada que supone la vida ¿o si?, porque existe ese puto miedo, comprensible, asumible, …por aquello de la crisis o de la familia o de la situación tal o me descubran «mi» o, y terminamos callando a aquello que cuando eramos más jóvenes, adolescentes tal vez gritábamos con la voz ronca, rota, frágil, de gallo, imberbe, crudo, cruda, el «A MI NO ME PASARÁ»
Y hoy, con mi miedo, lógico, me guardo todo en mi bolsillo y pienso en los mercados financieros, en mis ahorros, en la jubilación que aún falta, en mi bolsillo…que está a la derecha.
 Y entonces se me acerca, el de siempre, «ese no ascenderá nunca» y me dice ¿porque no te apuntas a tal sindicato? o el cristiano de base ¿y si te animas con lo de ayudar al inmigrante en? …y me digo HOY NO, pero mañana, juro que haré, que seré alternativo, pondré ilusión 

Pero, no he dicho nada, perdón, dejaré el blog por hoy, he de preparar la cena, colocar los calcetines, hacer tai chi y escuchar a mi hija, que mañana a las 6 en mi reloj de Alcorcón sonará una campanilla «hay que levantarse», ¡tomate un lexatin!» orfidal, valeriana, manzanilla, o un orujo y dejate de gilipolleces que mañana será otro día