(por María de las Nieves Gómez Martínez)

Esta mañana miré de nuevo hacia el cielo, hacia el campanario de la Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, aquí, en Manzanares el Real. Y de nuevo os vi. Habíais llegado como todos los años antes de lo que dice el antiguo refrán “por San Blas, las cigüeñas verás”. Pero ya no llegáis en San Blas, llegáis siempre para los Santos y os vais en agosto. ¡Todo esta cambiado, pues los seres humanos hemos cambiado el clima de la Tierra! ¡Y yo os vi! Estabais allí, juntas de nuevo, encima de unos hierros fríos que había dejado el ser humano cuando vino a destrozar vuestra casa, es decir, vuestros nidos. Sólo hace tres días os vi de la misma manera juntas en aquellos nidos del campanario de la iglesia, esperando el macho la llegada de la hembra, su pareja, su amor hasta que se mueran. Pues las cigüeñas nos enseñan eso: el amor, la amistad, la colaboración, la convivencia, la fraternidad, la paz, la fuerza. Pues a pesar de su aspecto frágil, soportan temperaturas tremendamente bajas, fuertes nevadas, vientos, trombas de agua. Así, juntas y de pie, sin protección que las cubra. Tan buenas arquitectas que sus nidos casi nunca se caen.
Ellas nos miran desde el campanario de la iglesia desde donde nos han mirado siempre. Para provocar que las miremos y miremos además al cielo. A las estrellas, al sol, a los árboles altos, ¡a la vida!
Las cigüeñas han estado siempre en los campanarios de las iglesias de nuestro país, siendo parte de nuestra cultura y de nuestro patrimonio. Pero ahora molestan, ¡y ellas nos miran, miran al hombre, al ser humano y no entienden por qué les ha destruido su casa y les ha dejado en su lugar un hierro frío!
Las cigüeñas nos observan. Miran desde las torres de las iglesias. ¿Por qué será? ¡Tenemos que aprender tanto de ellas! ¡Tenemos que mirar más al cielo… aunque pisemos con los pies en la tierra!
Dejemos en paz a las cigüeñas y a los demás seres vivos. Dejémosles vivir como nosotros y superemos el antropomorfismo: el hombre no es el centro de la Tierra, es parte de este planeta, y lo comparte con los demás seres vivos ¡Superemos la involución, y caminemos hacia la verdadera evolución!
Y miremos, ¡Miremos al cielo! ¡Hay tanto que aprender!