Mesa redonda «Cambio Global y Energías Renovables: ¿vamos por el buen camino?»

Ha finalizado ya la campaña de EQUO Madrid sobre Cambio Climático, que se inició el pasado mes de enero y se extendió posteriormente a la defensa y reivindicación de las energías renovables, para pasar por último a la denuncia de la contaminación del aire en la región y la capital.

Dentro del marco de esta campaña, el pasado 29 de febrero se celebró en la Universidad Autónoma de Madrid una mesa redonda con el título «Cambio Global y Energías Renovables: ¿vamos por el buen camino?», en la que intervinieron Fernando Valladares (experto internacional en Cambio Global e investigador del CSIC), Emilio Menéndez (profesor de la UAM y ex-subdirector de I+D en Endesa) y Sergio de Otto (comunicador experto en renovables, secretario general de la Fundación Energías Renovables y miembro del Consejo Asesor de la Fundación EQUO), y que fue moderado por nuestro compañero Jorge Lozano (profesor de la UAM y miembro de la Mesa de Coordinación de EQUO Madrid). A continuación, y como cierre de la citada campaña en nuestro blog, resumimos las exposiciones de los ponentes en dicha mesa redonda.

Fernando Valladares inicia su intervención sobre el Cambio Global destacando que su gravedad reside principalmente en la velocidad con la que se está produciendo y en que es causado por la intervención de una única especie, en este caso la especie humana, circunstancia que no se había producido con anterioridad en la historia del Planeta.

Por otro lado, el cambio climático es un tema «caliente», por varias razones, además de la obvia, puesto que es de actualidad, está muy politizado y es un asunto de probabilidades, lo que hace más difícil manejarlo. Es un problema sobre el que todo el mundo opina, la mayoría de las veces desde la más absoluta ignorancia. Las fuentes de información sobre cambio climático y Cambio Global en general están en los medios de comunicación (prensa, radio, televisión), que son relativamente fiables, en libros que pueden estar mediatizados en función de la editorial que los publica, y en artículos científicos que representan la fuente más fiable.

Los datos de que disponemos reflejan la realidad del aumento de las temperaturas, realidad que no puede ser cuestionada. Lo que se pone en cuestión es si dicho aumento ha sido realmente causado por la actividad humana. Con dicha actividad hemos puesto en la atmósfera una gran cantidad de carbono en pocos años. Ha aumentado la deforestación y sobre todo la quema de combustibles fósiles. Todo el carbono que no puede captarse por los sumideros naturales terrestres y marinos permanece en la atmósfera.

Las precipitaciones también se han visto modificadas (aunque no hay un patrón como sucede con las temperaturas), produciéndose sequías y olas de calor que también inciden en el carbono que se emite a la atmósfera, dado que reducen la capacidad de captación de los sumideros terrestres. Por otro lado, todo ello también tiene una importante incidencia en la variabilidad climática, haciendo que el tiempo resulte más inestable. La ola de calor de 2003 en la que murieron 35.000 europeos supuso una anomalía en las emisiones de CO2, que se produjo por la reducción de la capacidad de los bosques para fijar el carbono a consecuencia de un invierno cálido y una primavera precoz en el Continente, haciendo que los árboles consumieran más rápido el agua que habría sido necesaria durante el verano.

En todo caso, el Cambio Global se refiere, no sólo a cambio climático, sino también a otros factores: tala de bosques, conflictos, crisis agrícolas, migraciones, etc.

Hay varias iniciativas en marcha a nivel global con objeto de buscar soluciones científicas al cambio climático, estabilizando el CO2 y las temperaturas, pero son siempre soluciones a muy largo plazo. Por ejemplo, el aumento del nivel del mar tardará siglos en estabilizarse. Mientras tanto, deberemos adoptar medidas para atenuar el cambio y adaptarnos a sus consecuencias.

El profesor Emilio Menéndez introduce su intervención, que versará sobre el desarrollo de las energías renovables como parte de la solución al problema del Cambio Global, el avance de estas energías y sus límites. La generación energética mundial es la principal causa de emisión de CO2 a la atmósfera, con 30.000 millones de toneladas totales. Una parte de estas emisiones, el 15% mundial, es originada por el consumo de electricidad. Con el empleo de energías renovables para la generación eléctrica, podemos reducir estas emisiones. Sin embargo, la mayor parte de las emisiones se genera por el transporte y la movilidad, debido a la quema de combustibles fósiles, que en España asciende a 8 toneladas de CO2 por persona y año. El 30% corresponde al transporte, sin incluir los vuelos internacionales, y el 20% corresponde a la electricidad. El resto corresponde a emisiones agrícolas, ganaderas, etc.

Las emisiones se han disparado en nuestro país desde el protocolo de Kyoto, y únicamente se han corregido a causa de la crisis. Esto nos lleva a la conclusión de que tenemos que cambiar el modelo económico para lograr mantener un límite admisible de emisiones de CO2. El actual modelo de crecimiento nos llevará sin duda a alcanzar los límites del planeta.

Las emisiones debidas a la electricidad pueden corregirse con uso eficiente de la energía y empleo de energías renovables o alternativas, pero con estas medidas se avanza muy  lentamente en la solución del problema. En el caso de la movilidad, deben adoptarse otras medidas, tratando de reducir el transporte de personas y mercancías. Mejoras tecnológicas, cambios culturales, voluntad política, poder económico son factores determinantes.

Sergio de Otto comienza su intervención presentando en primer lugar a la Fundación Renovables, creada hace año y medio con objeto de divulgar estas energías entre la ciudadanía e impulsar el debate energético en nuestro país.

El actual modelo energético mundial, basado en la quema de combustibles fósiles, es insostenible por razones medioambientales, económicas y estratégicas, y también  por razones sociales. En nuestro país, la importación de combustibles fósiles supone el 85% de nuestra balanza comercial, lo que constituye un factor de inestabilidad. Por ello, tenemos que descarbonizar nuestra energía y el conjunto de nuestra economía, reduciendo nuestra dependencia energética del exterior. Esto es posible a través de las energías renovables. Debemos ir también a un nuevo modelo energético, basado sobre todo en el ahorro energético. Según algunos estudios, es posible reducir hasta un 50% el consumo de energía con las mismas prestaciones.

En España estamos lejos de cumplir el protocolo de Kyoto. Las emisiones se han reducido por la implantación de las renovables y por la crisis económica, pero no lo suficiente, ya que no ha habido una política adecuada de ahorro energético. España además es el país europeo más dependiente del exterior en cuestiones energéticas, contando el uranio que importamos, además de los combustibles fósiles. Esto supone prácticamente un suicidio a nivel estratégico.

Además, nuestro país tiene un gran potencial en fuentes renovables: sol, viento, geotermia, biomasa, olas y mareas… El rápido desarrollo de estas tecnologías hace que sus costes hayan descendido notablemente durante los últimos años. Por ejemplo, en fotovoltaica los costes se han reducido un 70% en cuatro años, estando cerca de alcanzar la paridad de red, que significa que la energía que podemos obtener de una instalación en nuestro hogar nos cuesta lo mismo que la que compramos a las compañías comercializadoras. Por ello, esta tecnología es ideal para el autoconsumo, que se convertirá en una realidad en cuanto se publique la regulación sobre balance neto que se está preparando desde hace tiempo. En todo caso, incluso aunque los costes de implantación de las renovables fuesen mayores, serían superados por los costes ambientales derivados del uso de las tecnologías convencionales.

Es necesario un cambio de modelo productivo, que se basa en tres pilares fundamentales: empleo de energías renovables, rehabilitación energética de edificios y movilidad sostenible. Pero en nuestro país, el desarrollo de las renovables se enfrenta a una resistencia por parte de la Administración y de las eléctricas, llegando incluso a emprenderse una campaña de desprestigio de estas energías, que pasó por un recorte retroactivo en su retribución decretado por el anterior Gobierno hasta llegar a la moratoria recientemente dictada por el Gobierno actual. Todo ello tiene su origen en el exceso de centrales de ciclo combinado (gas natural) instaladas por las grandes eléctricas, cuya producción es la última en entrar en el sistema eléctrico y que, debido a la crisis y a la reducción de la demanda, están funcionando muy por debajo de su capacidad.

A las renovables se las acusa de ser las causantes del déficit de tarifa, y de ser muy caras. Pero lo cierto es que los costes de la retribución de las renovables se ven sobradamente compensados por las importaciones que se evitan, las emisiones de CO2 que dejan de emitirse, etc.