Por Nathalie GarcíaEn estos momentos, los ciudadanos de Madrid tenemos el dudoso honor de asistir al bochornoso espectáculo protagonizado por los políticos del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid que, prestos y veloces, no han dudado en lanzarse cuerpo a tierra para rendir pleitesía al magnate americano de los casinos, individuo de escasa moralidad pero expertísimo comprador de voluntades. Y mientras que en España los políticos pierden su tiempo y el dinero de los contribuyentes en proyectos faraónicos, absurdos y de escasa utilidad pública, otros países apuestan por proyectos realmente interesantes.

Sita UK, filial de Suez Environnement, se ha asociado con la británica Cynar para construir en el Reino Unido diez fábricas que tratarán un total de 60.000 toneladas de residuos plásticos con el fin de producir diesel. La primera de estas fábricas está en proceso de construcción cerca de Bristol y estará operativa a finales de este año. Se ha puesto a punto una tecnología puntera que permitirá obtener una calidad de carburante equivalente al obtenido por los métodos clásicos.
Siguiendo criterios de proximidad y una lógica de ciclos cortos para reducir al mínimo el impacto de las emisiones producidas por el transporte, se instalarán las fábricas cerca de los centros de tratamiento de residuos gestionados por Sita UK. El diesel producido serviría, entre otras cosas, para abastecer a los 1.700 vehículos de recogida de basuras de la filial Suez Environnement.
Los residuos incluirán no sólo los producidos en el ámbito doméstico sino también los residuos industriales. El objetivo estará en producir 950 litros de fuel por cada tonelada de residuos plásticos, de los cuales entre 700 y 750 serán litros de diesel listos para usar. En resumen, estamos hablando de una producción total de 42 millones de litros de diesel.
Si esta experiencia llega a buen puerto podrá extenderse a otros países europeos. En cualquier caso, este proyecto no sólo será positivo desde el punto ecológico sino que generará también empleos estables para muchas personas.
Y mientras tanto, los madrileños observan impasibles la desastrosa gestión de un hatajo de políticos estrechos de miras cuya hipocresía no tiene límites. Por otro lado plataformas, agrupaciones y asociaciones trabajan desunidas y desconfiando de cualquier opción política porque… ya sabemos todos, que generalizar es de sabios… y a todo esto, el insaciable especulador frotándose las manos.