¿LIBERTAD PARA QUIÉN?

Defender el derecho de elección de Centro, esto es uno de los principios básicos de la política de la Presidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre, y en general de su partido. Esto justificaría, según su filosofía, que aquellas familias que eligen para sus hijos prestigiosos (y costosos) colegios privados puedan disfrutar de desgravaciones fiscales. Pues bien, este principio se me aparece como una falacia si lo contrapongo a otro principio fundamental que todo gobernante debe respetar: la equidad. Porque si nos preguntamos si este derecho de elección es igual para todos, la respuesta es evidente: no, sólo para unos privilegiados, los demás deberán conformarse con una Enseñanza Pública a la que se le sustraen recursos en beneficio de la tan proclamada libertad, aunque sea sólo de los privilegiados.

La conclusión a la que llego es obvia: libertad sí, siempre que pueda ser para todos, pero ya que la mayoría no puede pagar colegios privados para sus hijos ni con todas las desgravaciones fiscales que se les ofrezca, el esfuerzo del Estado debe ser volcar todos los recursos posibles en una Enseñanza Pública de máxima calidad, con un mayor aprovechamiento y optimización de los recursos materiales y humanos, y un alto nivel de exigencia a todos los niveles. Conseguido este objetivo, no habrá excusa válida para huir de la enseñanza pública. Ni que decir tiene que excusas sectarias son inadmisibles, como las de aquellas familias que pretenden aislar a sus hijos evitando el contacto con “los otros” (“con esa gente”, he oído a veces), los de otra clase social, otras creencias, otras razas…¿cómo podremos construir una sociedad donde nuestros jóvenes puedan vivir en paz si no crecen juntos?
Es hora de alzar la voz por uno de los mayores logros de nuestra sociedad y uno de los pilares fundamentales de la sociedad del mañana: la Enseñanza Pública, de todos y para todos, y de ponerse al lado de tantos miles de profesionales, que con todas las limitaciones humanas, se enfrentan cada día a la difícil tarea de educar, muchas veces sin el reconocimiento de las autoridades educativas que deberían apoyarles y que por el contrario los desprestigian.
Libertad sí, pero para todos. Libertad sí, para hoy, pero también para mañana. Y esta libertad de todos para el día de mañana precisa hoy de una educación de calidad para todos. Una educación Pública y gratuita para todos.
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[1] Ver para una información más completa el post de 5 de octubre 2011 de Manuel Herranz

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