La política del bien común

Como asistente a la presentación del libro Salvemos el Euro de Christian Felber y después de haber leído el estupendo artículo realizado por nuestro compañero Juan Luis Ballesteros, paso a exponer lo que serían una serie de reflexiones sobre lo que unos y otros entendemos por política en el siglo XXI.

Cuando Christian Felber nos habla de la Economía del bien común, deja bien claro que sólo podremos considerarla como un objetivo realista a largo plazo cuando iniciemos un proceso global de regeneración democrática y podamos devolver a la política su verdadero significado, que es trabajar para el bien común de los ciudadanos. Como bien nos recordó Cristina Asensi, vicepresidenta de ATTAC España, el euro no está ni ha estado nunca en peligro porque está al servicio de las élites financieras y precisamente por este motivo nos estamos enfrentando a un problema de índole política y no económica.

El euro se ha construido mal, permitiendo la libre circulación de capitales que propiciaron los contagios de productos tóxicos que tuvieron su origen en EE.UU. Ahora estamos comprobando que los acreedores han impuesto de forma unilateral y antidemocrática  sus condiciones a los deudores.

Hay que cambiar las reglas del juego y conseguir también la implantación de la democracia directa  a nivel “Unión Europea” con el establecimiento de: una Asamblea democrática, División de Poderes, Soberanía y Subsidiaredad (*) y por último Democracia Económica. En este último punto se incluirían: control de los bancos, control fiscal, control comercial y control salarial.  El establecimiento de una política fiscal justa pasa por que paguen más los que más tienen.

Si queremos hablar de políticos que sí han entendido el significado del bien común podemos mencionar a Mónica Oltra -diputada de Compromís en las Cortes Valencianas-. Su exposición fue breve pero contundente, nos habló de la necesidad que tenemos todos, como ciudadanos, de aprender a consumir, a financiarnos e informarnos de otra manera, de reivindicar lo pequeño, desmontar los dogmas del neoliberalismo y no olvidar que la deuda es una gran estafa y que estamos inmersos en una guerra de poder donde unos pocos quieren robarnos la democracia.

En contraposición a Mónica Oltra, contamos con la participación de otro tipo de político proveniente de la llamada línea clásica, Beatriz Talegón –secretaria general de las Juventudes Socialistas Internacional-. Escucharla en directo fue demoledor. Comprobamos en primera línea lo que no debe ser nunca un político. Discurso demagógico, referencias constantes a sus propias actividades y, cómo no, detallado recordatorio de su expulsión un domingo de febrero de una manifestación por el derecho a una vivienda digna por parte de un grupo de indignados. En resumidas cuentas, lamentable pero muy esclarecedor. Un político que entiende que su razón de ser está en defender el bien común brilla con luz propia. Cuando uno concentra sus energías en querer hacerle ver a la gente lo buena persona y política que es consigue un efecto perverso pero certero, y es retratarse como un mero oportunista.

Por su parte, Paco Álvarez, asesor financiero independiente y gran conocedor de la economía de mercado, fue vicepresidente de la Bolsa de París (ver su blog No le digas a mi madre que trabajo en Bolsa) nos explicó con fina ironía que el Fondo Monetario Internacional se creó en 1944 y entre sus funciones podemos leer: “fomentar la cooperación monetaria internacional, garantizar la estabilidad financiera, facilitar el intercambio internacional, contribuir a un nivel elevado de empleo, a la estabilidad económico y hacer retroceder la pobreza”. En la actualidad estos principios podrían parecer un chiste de mal gusto, y no olvidemos que el FMI se nutre de fondos públicos aportados por todos los países miembros. Nos recuerda que la educación empieza en nuestro entorno más próximo, como consumidores tenemos mucho poder. Solo podremos llegar a una democracia real cuando podamos vencer la inercia y el desinterés de una gran mayoría de ciudadanos.

Y por último, finalizar con unos proverbios que suele mencionar Paco Álvarez en sus conferencias:

  • “Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo” (proverbio africano).
  • “Si quieres comer durante un año siembra semillas, si quieres comer durante veinte años siembra árboles, si quieres comer  toda la vida educa al pueblo” (proverbio chino).

Empresa española basada en los principios de la Economía del Bien Común: La Fageda.

Nathalie García
EQUO Madrid Ciudad Este

 

——————————————————————————————————————– (*) Subsidiaredad en la democracia participativa supone, en primer término, reconocimiento de la autonomía de cada colectivo de la estructura para establecer sus objetivos y decidir los procesos con que intentar alcanzarlos, pero también implica diálogo y participación de todos los miembros (individuales y colectivos) del grupo social en la definición de los objetivos globales, en el diseño de las estrategias para conseguirlos, en su ejecución y en su evaluación así como el respeto de los instrumentos de autorregulación y correglamentación.