El viernes 24 de noviembre se celebra el Día Mundial sin Compras (Buy Nothing Day), una jornada simbólica contra nuestro modelo de consumo, social y ambientalmente insostenible.
La propuesta consiste en escapar de la corriente consumista que las empresas y los publicistas nos imponen tanto en Navidad como el resto del año. Para ello, se invita a toda la población a no acudir a comercios y grandes almacenes, reducir las compras de esa jornada limitándolas a lo realmente necesario, o incluso anularlas, y salir a la calle para denunciar un sistema socioeconómico injusto, alienante y ambientalmente insostenible.
Desde que se comenzó a celebrar este día, en 1992, cada año son más los países que se suman a esta iniciativa. Las formas en que las diversas organizaciones internacionales se manifiestan son muy variadas, pero mantienen en común una crítica al modelo de consumo en el que estamos instalados, homogeneizador, despilfarrador, cínico e individualista, que contribuye, de forma decisiva, al mantenimiento de una situación que nos está conduciendo al colapso social y ambiental.