El viernes 28 de noviembre se celebra nuevamente el Día Mundial sin compras (Buy Nothing Day), una jornada de protestas en la que se invita a toda la población a no consumir con la finalidad de denunciar el actual modelo de producción y consumo, y promover formas de consumo alternativo. Se trata de un día simbólico contra nuestro modelo de consumo, social y ambientalmente insostenible, que sirve para recalcar que necesitamos otros 364 días de un consumo crítico y sostenible.
La propuesta consiste en escapar de la corriente consumista que las empresas y los publicistas nos imponen tanto en Navidad como en el resto del año. Para ello se invita a toda la población a no acudir a comercios y grandes almacenes, reducir al máximo las compras de esa jornada limitándolas a lo realmente necesario, o incluso anularlas, y salir a la calle para denunciar un sistema socioeconómico injusto, alienante y ambientalmente insostenible.
Desde que se comenzó a celebrar este día en 1992, cada año son más los países que se suman a esta iniciativa. Las formas en que las diversas organizaciones internacionales se manifiestan son muy variadas, pero mantienen en común una crítica al modelo de consumo en el que estamos instalados, homogeneizador, despilfarrador, cínico e individualista, que contribuye, de forma decisiva, al mantenimiento de una situación que nos está conduciendo al colapso social y ambiental.