«Bienestar» – INÉS SABANÉS NADAL. La política fiscal tan injusta ha permitido fraude fiscal a los que más tienen y, además, mucho más esfuerzo a las rentas del trabajo que a las del capital especulativo. Todo ello hace peligrar derechos sociales y protección básica.
Señora Sabanés, usted que siempre ha militado en la izquierda, ¿podría señalar qué diferencia existe entre el concepto del Estado de Bienestar propugnado por la Social Democracia (PSOE) y el que defiende la Izquierda?
El modelo de bienestar es básicamente el mismo, lo que ocurre es que el PSOE en algunos momentos ha tratado de hacerlo compatible con la flexibilidad o menos impuestos, sin una política fiscal que garantizara distribución de renta y control de las rentas del capital, lo cual supone no haber avanzado más en los derechos sociales.
Actualmente usted pertenece a EQUO, que se define como un partido ecologista. ¿Qué entiende EQUO por Estado de Bienestar?
Un modelo de derechos sociales fuerte, donde a través del esfuerzo fiscal justo se desarrolla la cobertura universal de derechos básicos como la sanidad, la educación, la dependencia y una protección social avanzada. Es la base para garantizar la equidad social.
Precisamente, uno de los impactos más graves de esta crisis es que está arrasando con cualquier vestigio del Estado de Bienestar. ¿Qué sociedad nos espera, una vez superada la crisis económica y financiera, si el Gobierno sigue implementando las medidas que les marca Europa?
El problema es que España llega tarde, por la dictadura, a un modelo que se inicia en el Siglo XX en la Europa democrática de la posguerra. Esto ha supuesto que antes de alcanzar niveles europeos ya se hayan recortado, además de que no se ha garantizado su financiación. La política fiscal tan injusta ha permitido fraude fiscal a los que más tienen y, además, mucho más esfuerzo a las rentas del trabajo que a las del capital especulativo. Todo ello hace peligrar derechos sociales y protección básica. Y consecuentemente estamos retrocediendo en equidad social.
¿Considera que la Unión Europea está defendiendo el Estado de Bienestar o, por el contrario, quiere acabar con él? ¿Por qué?
La Unión Europea ha dado paso a la liberalización de los servicios que componen elementos básicos del modelo de bienestar y que lo debilita. En algunos países se inicia, a raíz de la crisis de los 70, la ruptura del pacto o acuerdo por el bienestar introduciendo el paradigma neoliberal del mercado. Todo este planteamiento contamina y avanza en Europa y, a pesar de que en muchos países se mantiene, la realidad es que hay un proceso de debilitación de este modelo al tiempo que las tesis de los mercados avanzan.
A excepción de las corrientes de derechas nacionalistas, la derecha política presenta sus propuestas en bloque, mientras que la izquierda siempre aparece disgregada en distintas opciones. ¿Por qué es tan complicado que las fuerzas de izquierda pacten, quiero decir que lleguen a acuerdos aunque sean tácticos? ¿Considera positivo o negativo esta dispersión de fuerzas? ¿Por qué?
Hay que empezar a transitar de las teorías de la «casa común» a las de la «causa común». Los acuerdos tácticos y de corto recorrido, sólo de cálculo numérico, han hecho mucho daño a las izquierdas o espacios claramente alternativos a los mandatos neoliberales. El futuro pasa por cambiar y escuchar a los movimientos que en la calles han dicho, a todos, «No nos representan», y que exigen cambios en el sistema político, institucional y de partidos. La hegemonía de las políticas neoliberales y de derechas es fuerte y no se gana espacio sin autocrítica, sin un análisis claro del porqué se ha llegado hasta aquí y, sobre todo, construyendo alternativas y redes de cambio con la intervención y participación tanto de ciudadanía como colectivos.
Otra cuestión que llama la atención de la ciudadanía es que el PP, que defiende la idea de feminidad más tradicional, cuenta con mujeres que ocupan espacios de toma de decisiones importantes -Presidentas de CC AA, Ministras, Alcaldesas de grandes ciudades-, mientras la izquierda siempre deja a las mujeres en segunda fila, aun cuando en sus programas políticos defienden la igualdad. ¿A qué cree que se debe?
Además de defender la igualdad, hay que practicarla y garantizarla. EQUO tiene establecida la paridad de tal forma que todos los procesos de elección se eligen al 50% o 50% y más, ordenándose automáticamente.
¿Cree que las mujeres que están en política reconocen suficientemente el trabajo desarrollado por las organizaciones feministas?
No todas, obviamente, incluso hay quien las cuestiona. Pero en este país hay que reconocer, sin duda, el trabajo desarrollado por las organizaciones y los avances impulsados con su lucha para la igualdad.
¿A qué cree usted que se debe que las mujeres políticas, en general, y las de izquierdas en particular, no generen pactos intra-género para poder situar los problemas que afectan a las mujeres, de forma específica (teniendo en cuenta que somos más de la mitad de la población), en lugares prioritarios de sus agendas?
Las mujeres en general no, ciertamente. Pero las mujeres de las izquierdas o movimientos ecologistas y alternativos creo que si han generado pactos y avanzado en una cultura de causas comunes por las que luchar. Se puede avanzar más, sin duda. Pero para ampliar este marco de acuerdos en políticas de igualdad deberíamos tener un sistema de partidos políticos más abiertos, menos blindados.
¿EQUO aplica la perspectiva de género en la elaboración de sus programas?
Sí, aunque obviamente tenemos que seguir trabajando. EQUO elabora desde abajo con una construcción colectiva para llegar a la posición común. Es una tarea más lenta, pero estoy convencida de que al final es el camino de cambio para superar la endogamia o la estructura jerárquica de los partidos políticos convencionales.
Usted ha sido deportista. ¿Qué opinión le merece el trato que reciben las mujeres deportistas por parte de las Instituciones, de las Federaciones y de los Medios de Comunicación?
De segunda división. Hay mujeres deportistas excepcionales y mujeres estupendas profesionales para formar parte de las estructuras institucionales del deporte. Sin embargo, es una asignatura pendiente.
Señora Sabanés, a su juicio, ¿qué estrategias debemos realizar las mujeres para conseguir la igualdad plena y para que se reconozca que la violencia contra las mujeres y la desigualdad, que todavía nos aquejan, atentan contra los Derechos Humanos?
Seguir luchando con firmeza y construyendo una red para que la violencia que se ejerce contra las mujeres tenga una penalización social y una presión de tal magnitud que se erradique con carácter universal. Debemos ser incansables a la hora de trasladar mensajes como «No te avergüences» o «No lo justifiques».